Siempre hablo (escribo) sobre la felicidad… sin darme cuenta todos los post van sobre lo mismo… reflexiones de días buenos o malos en los que sueño con una única cosa: la felicidad. Incluso mi frase de refuerzo va sobre ella. Para mi es tan importante, que si les preguntas a mis hijos ¿para qué estamos en este mundo? ellos gritan; ¡para ser feliceeees!
Después de todos estos años me he dado cuenta que no sólo hay un tipo de felicidad… lo importante es que cada uno sepa qué quiere (no me refiero a algo material) y hacia dónde quiere ir… pero sí es verdad que, por norma general, hay un par de tips que hace que el camino sea más fácil: sé buena persona, respeta a los demás, comparte, no seas rencoroso y vive tu vida. Intento que mis hijos tengan alas para volar, sepan caerse y volver a intentarlo, les repito esos consejos cada vez que puedo, aunque a veces no venga a cuento.
A lo que iba… para mi, estar en paz con uno mismo y vivir feliz, es una prioridad. Así de sencillo. Me encanta ver cómo la gente hace ese cambio de chip, se pone el mundo por sombrero y sigue su sueño… no pensando en hacerse rico, sino que, a pesar de acostarse con preocupaciones, quieren despertarse cada mañana con ilusión. Personas valientes, fuertes y admirables. Ya lo dicho muchas veces, pero la felicidad es para los valientes. Para los que se atreven a dar un paso hacia delante, dejar trabajos estables, sueldos fijos y horarios decentes para abrazar lo desconocido, esforzarse más de lo imaginable y soñar. Quizá así nació 4 risas 2 versiones 🙂 para dar a conocer un poquito a los valientes que se lanzan el vacío…
Recibí el otro día una llamada. una que creo que pasará a formar parte de mis recuerdos… una que, cuando esté de bajón, intentaré recordarla: «Almu, llevo mucho tiempo formándome en fotografía, he decidido que es el momento de dar el salto. Leo tu blog y me apetece que seas tú la que me haga las del perfil porque me das buen rollo. ¿te parece una locura si pillo un avión y voy a tu isla a que me las hagas?»
¿¿¿¿Perdona???? ¿¿Qué alguien me lee?? ¿qué quiere que le haga yo sus fotos? Toma Manola pastillas de goma. Una mezcla de subión, felicidad, miedo y curiosidad… todo junto. Rosi es una chica que se empezó a cuestionar si lo que ella siempre había considerado «un buen trabajo» (un trabajo fijo, buen horario, sueldo aceptable…) era lo que de verdad quería. Su vocecilla interior le decía que para estar en armonía lo que le pedía el cuerpo era estar en contacto con personas -muy mayores y muy pequeñas 😉 – rendir, en cierta manera, homenaje a través del lenguaje visual… así que aprovechó una oportunidad que le regaló la vida y pudo dar forma a lo que ahora es ya una realidad.
El caso es que a los 9 días vino a Mallorca y me encuentro a una chica de impulsos, con locuras y con ganas de más. De más formación, de más pasos firmes y de más de la vida. Se plantó aquí con su familia, que no sólo respeta su decisión de cambio, sino que le apoya y le sigue. Pasamos una tarde especial, no era sólo una sesión. Por mi parte fue como reafirmarme en todo lo que digo arriba. En la importancia de hacer lo que sale del alma.
Hace tiempo leí una frase (y, como no, escribí sobre ella aquí) Hazlo, y si tienes miedo, hazlo con miedo. Y es que el miedo a lo desconocido es normal, si no lo tienes o eres un inconsciente o es que no has pensado las consecuencias de lo que supone un cambio así… pero la única forma que hay para superarlo es dando un paso hacia delante, con la cabeza firme y siendo consciente de que no pasa nada. En esta vida hay que arriesgarnos, atrevernos y saltar. Si eres consciente de que nadie regala nada y que el trabajo duro y el esfuerzo siempre traen recompensa, igual ese miedo a empezar te permite tocar una felicidad con la que ni siquiera soñabas… cambiar de opinión no es malo, equivocarse menos aún… pero no intentarlo es agotador.
Rosi, estoy más que segura que te esperan noches sin dormir, agobios y preocupaciones, pero que todo te merecerá la pena, que dentro de poco iré a un workshop tuyo de newborn y que triunfarás en lo que te propongas. Disfruta de todo, de tu chico de tu hijo y de lo que te rodea. Respira, salta y convierte tus 21 días en 21 años… vuelve cuando quieras y comeremos una paella con los pies enterrados en la arena mientras nuestros hijos juegan. Te deseo todo lo mejor. Cómete el mundo, pero si alguna vez te come él, relee «yo prometo» y sigue adelante. Un abrazo y gracias por todo.