A menudo me preguntan de dónde saco tiempo para hacer «esa rutina» que no le doy importancia como trabajar, ver series, hacer fotos (y ordenarlas), estar con mis hijos (…) y que aún me sobre tiempo para tomar un vino con mi chico por las noches…
La respuesta es muy sencilla: no cocino, no coso, no hago senderismo ni scrap.
Cada uno saca tiempo (aunque nunca el suficiente) para hacer lo que le gusta. Es así de sencillo. La semana pasada me lo preguntaron 4 personas: una hace surf cada vez que puede, la otra se cose su propia ropa por las noches, otra va al gimnasio 4 veces por semana y otra monta a caballo todas las tardes.
Creo que no doy todo lo que puedo de mi. Estoy convencida que aún me queda mucho que aprender y, como funciono mejor con listas y metas, dejo aquí mis propósitos para este medio año:
1. Aprender a montar videos con ese efecto tan molón que parecen sacados de un sueño.
2. Entender lo de posicionamiento SEO (y obligar a mi cerebro a no dormirse en el proceso).
3. Hacer un huevo frito (de esos bonitos, blanquitos y sin puntilla marrón) y un puré de verduras.
4. Aprenderme los ríos de España (pero como mi padre, de memoria, por orden y cantándolos)
5. Hacer menos listas. Intentar improvisar un poco más.
6. Leer los libros de mitología del salón.
7. A ser menos organizada. No querer saber los planes con 4 días de antelación. Y sí, lo pongo en el listado de cositas por aprender porque creo que es algo que tengo que hacer de manera consciente. Y como esta lista va en serio, y quiero ponerla en práctica lo antes posible… me como el punto «8». Viviendo al límite… no sé cómo verá este cambio radical mi amiga Marion, pero creo que es un pasito hacia la no obsesión-control 😉